En la Primera (101-102 d.C.) los romanos, al mando de generales como Trajano, Laberio Máximo y Licinio Sura, tendrán que enfrentarse a dacios, bastarnos... Nuevo ONUS!: Decébalo y Trajano

Lenguas de bruma descienden desde las montañas que rodean Sarmizegetusa Regia, capital del reino dacio. Lentamente envuelven árboles, prados y rocas, como si de un etéreo torrente a cámara lenta se tratara. Desde lo alto del Área Sacra, entre las columnas de sus templos y santuarios, los ojos del rey Decébalo recorren, embrujados, el espectáculo que el gris amanecer brinda a quien pueda mirarlo. Solo empujado por su ambición, consigue arrancarse a sí mismo de su abstracción para descender las escalinatas, seguido de inmediato por los nobles, a la par próceres y sacerdotes del reino, que le aguardaban con callada paciencia. Confían en él, en aquel al que los romanos comparan con el mismísimo Aníbal. Le siguieron cuando aplastó a todo un ejército romano en tiempos del emperador Domiciano y le seguirán ahora, hacia la gloria o hacia el abrazo de la eternidad que su dios, Zalmoxis, desde lo alto de los tormentosos cielos, promete a los puros y valientes en lugar de la muerte.

Los últimos mensajeros dijeron que Trajano había atravesado el Danubio con su ejército y que marchaba hacia el interior del reino, decidido. Al pie de las ciudadelas y montañas que protegen el corazón de Dacia, un poderoso ejército les aguarda ya, a las órdenes de Vezinas, sumo sacerdote y hermano del propio Decébalo, quien se encamina para reunirse con él para la batalla que está por llegar. En el estrecho al que la localidad de Tapae da nombre, aguardarán a las legiones romanas. Allí se medirán con ellas de nuevo.

Mientras tanto, una tempestad se está formando en el Este. Sin que Trajano parezca haberlo advertido, los más fieles y arrojados aliados de Decébalo, los sármatas roxolanos y sus hermanos bastarnos, de germánica sangre, concentran sus fuerzas bajo las órdenes de sus reyes, Inismeo y Susago, y de la esposa de este, Ziais, la hermana más joven del soberano dacio. Cuando llegue el momento, sus huestes de diestros jinetes y estoicos guerreros cruzarán el Danubio hacia suelo romano, decididos a cumplir el sueño, largamente acariciado, de expulsar a Roma y conquistar para los dacios y sus aliados toda la región.

Toda la Europa danubiana se verá sacudida por un conflicto que decidirá el destino del mundo romano. El emperador Trajano se enfrenta al mayor desafío conocido por Roma, desde que la poderosa Cartago pugnara por defender su hegemonía sobre el Mediterráneo occidental: hoy la entente dácica se ha levantado finalmente, cual jauría de lobos, a la caza de su propio destino como superpotencia, un premio por el que los dioses exigen la sangre del gigante romano. Mas el gigante no está dispuesto a dejarse vencer sin lucha. De la mano de Marco Ulpio Trajano, nombres como el del futuro emperador Adriano, Lusio Quieto o Laberio Máximo, escribirán la historia de la última gran conquista del águila romana, la que la consagrará definitivamente como la señora indiscutible de toda Europa.

En «ONUS! Traianus» tendrán gran importancia las dos Guerras Dácicas. En la Primera (101-102 d.C.) los romanos, al mando de generales como Trajano, Laberio Máximo y Licinio Sura, tendrán que enfrentarse a dacios, bastarnos y sármatas roxolanos, dirigidos por Decébalo, Vezinas, Diegis, Susago, Inismeo y Adelmaro. En la Segunda Guerra Dácica (105-106 d.C.) los generales romanos tendrán que volverse a enfrentar a los dacios de Decébalo, tras duras derrotas que finalmente desencadenaron la victoria del Imperio.

Os incluimos una muestra de las unidades que se están desarrollando y testeando, en el siguiente orden:

Nobles dacios – Catafractos nobles sármatas

Arqueros a caballo esteparios – Legionarios desertores (luchando con Dacia)

 

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