Aníbal Barca, durante la Segunda Guerra Púnica, reclutó a muchos hispanos, y en especial a tropas de caballería, normalmente de procedencia celtíbera. Solían llevar una...

Aníbal Barca, durante la Segunda Guerra Púnica, reclutó a muchos hispanos, y en especial a tropas de caballería, normalmente de procedencia celtíbera. Solían llevar una larga lanza con cabeza grande y metálica, además de la clásica falcata hispánica y un pequeño escudo o rodela. Tenían también yelmo, cota de mallas y grebas. Incluso en ocasiones protegían ligeramente la cabeza de sus caballos. Eran jinetes muy hábiles y eran ideales para hostigar no sólo a la infantería sino a la caballería, dado que las lanzas le daban una ventaja considerable. Adoraban a los caballos casi como una divinidad, a los que dedicaron santuarios. Los Hispanos eran buenos adiestradores de caballos capaces de mantenerse en silencio para localizar al enemigo.

La mayor parte de la caballería pesada del ejército cartaginés durante la Segunda Guerra Púnica fue aportada desde Hispania. Empleó jinetes íberos como los oretanos y edetanos que vestían e iban armados igual que la infantería, con lanzas y falcatas. Para protegerse llevaban cascos de fibra o bronce, diversas clases de armadura ligera y el característico escudo de Iberia, lacaetra o escudo redondo. Estaban perfectamente preparados para combatir tanto a caballo como a pie.
También se contrataron jinetes celtíberos cuyos caballos eran fuertes y resistentes, iban un poco más protegidos usando yelmo, cota de malla y grebas. En ocasiones llevaban un infante ligero a la grupa, armado con falcata y caetra. En combate cerrado, este infante desmontaba y luchaba a pie.

Caballería Hispana

Fueron también contratados frecuentemente por los romanos, por dinero como mercenarios o debido a alianzas.

Comparativa de la caballería Hispana con otras unidades

Estos jinetes rivalizaban con los númidas, aunque su función principal era para su uso como caballería pesada, pudiendo romper líneas enemigas gracias a sus lanzas. Son más baratos de reclutar que la caballería púnica o que los equites alares romanos, pero son tremendamente efectivos, por lo que puede ser muy interesante que nuestra caballería se forme con los hispanos. La combinación de esta caballería junto con la númida puede ser muy provechosa.

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